Juzgar es fácil,
cuando no volteas las ventanas
y puedes mirar tus intestinos, hígado
pulmones y corazón,
y no tornas la mirada alreves,
por el temor
de no ver el color de tu alma,
y prefieres cubrirte
con el mismo abrigo
de piel podrida,
con tal de no aparentar frío,
pero un día la triste mentira estalla,
y entiendes,
que las tierras buenas
que se labran en el alma,
provienen de la bondad
de la comprensión y el perdón,
las cuales son amigas de la valentía