En la enredadera del tiempo
tú sujetas, él sujeta.
El sujeto…
no es la conjugación del verbo
correcta y aun así, no suelta
no libera el recuerdo.
Está aferrado a su ayer
arrastrando su ancla
en la voracidad del deseo
que revive cuerpo a cuerpo
desorientando a la lluvia
desorbitando los sentimientos
dentro de cada palabra
arremolinando las fibras
sutilizando los versos.
Que desacuerdo tiene la razón
que quiere sujetar al amor
sin lucir el corazón
ni destruir las murallas.