Su rostro pareció arrugarse entre sus manos,
una tremenda y aguda congoja
le mostró a sus aterrados ojos,
un negro y profundo abismo a sus pies,
como una dantesca e insufrible escena,
de una ardiente pesadilla de flameante averno.
El engaño resonaba como mil trompetas de culpabilidad,
deseando que el cielo no viera,
que el cielo negara esta infamia.
Que su nombre...
calle abajo ruede en la oscuridad del engaño y la afrenta.
En su mente estallaban vividos,
los despreciables momentos con espantosa lucidez,
¿Como supo, como adivino?
que los encontraría allí.
Recordaba los más pequeños pormenores,
ese germen de la duda que creció así tan de pronto,
¿Certeza o casualidad?
Brillo la luna, e allí sus perfiles.
quebrando la redondez de la luna.
El ruido del viento y el agua
ahogaron el estallido de su furia vengadora,
su corazón se consumío
en la hoguera de la vergüenza y el dolor.
La lluvia le negó a su boca el sabor de sus lágrimas
tarde ya,
el sol... Nuevamente estaba en lo alto,
la luna, aun no había aparecido,
Solo se prometió a si mismo dos cosas....
No salir cuando llueve,
y no abrir su ventana
en las noches de luna llena.
L.M
He vuelto