Ahora sé porque te llaman ‘hojas de otoño’
por tu mirada sensible
que va cayendo en el tiempo
que va surcando el momento
do tu mirada se exhibe;
y -no- lo dice mi pluma
ni la tarde que se acaba
ni el viento que cruza leve
a través de la ventana…
lo dice ya -tu mirada-
lejana quizás lejana
pasiva como una hoja
desprendida de una rama.