Desnudo de cintura para abajo,
a solas con sus miedos y su sobra,
rendido como humilde escarabajo,
van pasando recuerdos a destajo
vertidos a lo largo de la alfombra.
Vestigios que fueron con desparpajo
caudillos bragados en mil batallas
que hoy ya tristes, campanas sin badajo,
más semejan la forma de estropajo
vengativos, traidores y canallas.
Que el paso de los tiempos le ha marcado
cual ganado marcaban con el hierro.
Él quisiera saber por qué ha pasado
que hoy se siente triste y acobardado
penando sin piedad a este destierro.
©donaciano bueno
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