Dicen... que el tiempo cura las heridas,
las del cuerpo, las del alma,
las heridas en la mente
y las heridas en el espíritu.
Pero es mentira,
lo se bien yo
que aun respiro
por cada herida añeja
y recuerdo el dolor
como el primer día
en que nació cada una de ellas.
Pero me duelen mas...
las que me recuerdan a ti,
me duelen mas
las heridas que dejaste en mi alma,
en mi piel,
en cada recuerdo que infecta mi mente.
Dicen que el tiempo cura las heridas,
pero es mentira,
pues ya paso tiempo
desde que me dejaste
con una herida mortal en el corazón,
que apenas late ya su desdicha.
Decían que el tiempo curaría las heridas,
todas ellas,
pero mintieron,
solo la retribución
cierra las heridas que sobreviven a los años.
las que no son alcanzadas por el olvido,
las que no son enterradas por los escombros
de un mundo destruido por el dolor.
Dicen que el tiempo,
cura las heridas del alma,
del cuerpo,
de mi mente,
pero aun te recuerdo como ayer
y aun siento el dolor en cada recuerdo,
en el corazón,
en lo mas recóndito de mi alma
ansiosa de encontrar la muerte
para sentir alivio de tu recuerdo,
del dolor constante,
de esta agonía que carcóme mi mente
y ahoga mi alma con ese sentimiento.
Solo así encontré el alivio
y el olvido que buscaba,
lo que el tiempo no me dio,
solo así sano mi alma,
mi mente,
mi corazón,
solo asi te olvide.
El tiempo no cura las heridas,
solo entregarse al dolor
y rendirse por completo al rencor
y al odio
exprimiendo hasta la ultima gota de veneno
y en mi ser un grito desesperado.
Vomite cada esquirla retorcida
y oxidada de rencor por mi garganta cansada de llorar
y el odio se expresó con oscuras palabras,
exprimí cada gota de dolor
en una sola exhalación
hasta quedar exhausto en el suelo,
desgaste mis puños contra el muro
y mis ojos lloraron sangre
que quemaba el suelo al impacto.
y mi alma sano,
rompiendo esa vieja piel
que como una crisálida seca y muerta,
emergiendo una piel nueva,
una piel del color del fuego llena de vida,
con ganas de cruzar el cielo sin atadura alguna.
Así cure mis heridas
que se hundieron en el olvido,
ahora respiro aire libre,
ahora respiro libertad,
ya no recuerdo el suelo
porque mis alas no se cansan de volar,
ya no recuerdo el dolor,
mi piel no tiene yagas,
mi piel es fuego que brilla mas
con el viento
cuando el aire mas fuerte fulgura
y mas fuerte es su calor.
Mi nueva piel, solo siente caricias,
la caricia de la libertad,
del viento, del sol.
Del ayer...
no queda ni el recuerdo.
P.M Pedro Monroy Gemio