Fue mi mejor día, descansaba, escuchando las voces del mar,
aquel sol era fruto del trigo, besando mi piel suavemente,
quise detener el tiempo ( no el mundo)
La noche mató a la tarde, llegaron estrellas como espigas del trigal.
Despertó la voz del reloj, tic tac, el sabor dulce se durmió.
Fue un buen día, de esos días dorados.
Autora Lola Barea.