Hoy he observado su cara;
he visto el cielo y el mar,
en su frente el sol brillaba
haciéndome emocionar.
Su rostro me reflejaba
el lindo candor de su piel
que un bello color a miel
por sus pliegues dibujaba.
Vi húmedo su pelo negro
que rizado como la hiedra,
descendía sobre su pecho
entre mechones de hierva,
y en su frente cual horizonte
que une el cielo con la tierra,
son sus cejas fuertes robles
que a sus cóncavos se aferran.
Sentí una tempestad en calma
que aún llegando de tan lejos
de entre sus ojos los reflejos
adormecíeron mi alma.
Mas su presencia aumentaba
entre la suave brisa a la orilla
que la ribera de sus mejillas
de a poco a poco refrescaba.
Ribera ardiente como el fuego
que de entre aneas y rocas
hasta la orilla en su boca
presto y bravío navego.
En su rostro yo hoy he visto
mas sin dejar de admirar,
pues nada mas bello imprevisto,
que
VER SU CARA Y SOÑAR.
SSM.19-04-2016.