He soñado contigo,
en el lecho de mi cama,
te vi en sueños, dormido,
rubia, pálida y delgada.
Y tu mano conmigo
cogida por la espalda,
rodeando mi abrigo,
y ambos diciendo nada
mirando al infinito,
mientras luna refleja tu cara
con luz de marfil impío
que desvela un rostro, lleno de gracia,
un rostro puro y vivo.
Caminamos al son de la brisa,
que rodea y sacude tus rizos,
y álamos susurran a prisa
palabras que se hacen añicos,
pero no hacemos caso siquiera,
pues te miro a los ojos fijamente
un infinito… eternamente…
no me detendría si por mi fuera.
Debajo del álamo polvoriento,
juntos en su tronco nos sentamos
contemplando plácidamente el firmamento,
mientras lentamente nos acariciamos.
La oscuridad inunda las estrellas
mientras tu jugueteas con mis manos,
¡qué privilegio contemplar cosas tan bellas!
y sin embargo, en un sueño nos encontramos…
Poco a poco te desvaneces,
en un mar de incertidumbre,
y me encuentro solo, como otras veces
en total oscuridad lúgubre,
pero no quiero perderte,
no te quiero olvidar
¿volveré a verte algún día?
Pdno: Albertí Torres