Aún a oscuras asoman
las luces de la modernidad;
que a fuerza de relámpagos
estampa mi cuero enmohecido.
A mí me han sepultado
en los ciclos de las brozas y el olvido.
Aquí he visto las guirnaldas
muertos hueros y banderas de
marcas lisas y ocres.
Las violetas soportan las heladas.
Credencial inocente de
este camposanto improvisado.
La llovizna pone mis manos
leñosas a brotar al
escuchar el tamboril
llamándome a la rebelión.