Me encontré en el Paraíso,
Un bello ángel contemplé,
Bella forma de mujer,
Con mirar muy atrevido;
Una flecha de Cupido
En mi corazón miré,
Y desde entonces quedé
Con el pecho adolorido.
¡Cuánto duele renunciar
A un inesperado amor
Que no se puede olvidar!
Es un inmenso dolor,
Grieta que no ha de pasar
En un roto corazón…