No era una neblina normal, esta vez era mas espesa pero con un movimiento en ella que sentías como te tocaba, como te acariciaba, se sentía como la absorbías lentamente pero en el momento era tan rápido que así le gustaba jugar con tu mente.
Te deja mas cegado que estando en un incendio y comienzas a alucinar, ves cosas que no debías pero se siente tan bien que deseas ver aún más; ya no te quieres ir y hace que te sientas cómodo, saca un cuchillo y te lo muestra, no te preocupas por ello porque parece inofensivo y así lo es, lo va insertando a tu cuerpo muy despacio, te asombras porque no sientes dolor y comienzas a acumular mas neblina, poco a poco vas despertando y vas regresando, te vas desesperando y solo quieres ver arder la ciudad...una vez más.
-René Mauricio.