Podrán vuestros huesos ,
parte del misterio del mar,
volver,
para poder escuchar de nuevo cantar las ballenas.
La paz,
materia de vuestros cuerpos,
ancla que baja hundida,
a un profundo abismo de sangre,
que fluye en el mar.
Alcanzar de nuevo esta orilla
bañada de sol
que bebe sedienta,
y necesita justicia
donde reposan columnas
pilares caídos
de nuestra ciencia y sueño,
que besa el mar.
El mar,
escuela entre las tierras
llamando a la vida
en su incesante movimiento
de olas y gentes,
de vidas y muertes
que guarda secreto
en sus corrientes marinas,
de tres únicos dioses.
¿Entonces?
! qué tormenta que no mandan las nubes!
Ni rayo del cielo, ni viento del aire,
¿Os hizo haceros devolver desde tierra?
Entonces
! En pie!
En esta orilla
Aquí os aguardamos
también huyendo de los mismos asesinos
para formar con nuestro cuerpos,
rápidas rampas,
para el desembarco en la Unión.
Volver,
Volver.
Volver.
Angelillo de Uixó. Por el regreso de los refugiados expulsados a Turquía o donde los tengan detenidos, y por la petición de cadena perpetúa no revisable a los artífices de toda ésta barbarie.