Mensajes jamás escritos y la lluvia...
La lluvia deseaba pasar
pisando noche,
sin luz de luna
y sin ser vista,
sin hacer ruido,
ni espantar los murciélagos
colgados,
de las vigas opacas,
ennegrecidas
semejando racimos
de uvas,
oscuras ya maduras,
en sus refugios sin luz
y troncos muertos.
Quietos, taciturnos,
siempre en silencio
hoy no volaron
- la lluvia caía
sobre sus techos...
El agua desgranada
caía sin pausa,
muda sin tocar campanas,
intentaba pasar
inadvertida
ni poner de aviso
a los queltehues
- centinelas eternos,
bulliciosos,
de patas largas coloradas,
que dormitan
- oído atento protegiendo
a sus retoños recién nacidos
de un par de huevos pintados
con pinceles y acuarelas
color oliva
como gotas de miel
dejadas en el suelo
- tesoros preciosos,
camuflados, escondidos
entre paredes infinitas,
resguardando la vida
mientras ella
se gesta y late...
Fue una noche larga
y posiblemente triste,
de conmoción
y mensajes jamás
escritos,
transmitidos de ala en ala,
y pluma en pluma,
entre los pájaros
adormecidos
que unen sus plumajes
tibios,
tocando sus pieles,
sus picos amarillos,
en lo alto de las ramas,
casi en silencio
- unidos...
Algo se dicen al oído
- escondidos...protegidos
por los árboles frodosos
que los acogen
y les ofrecen sus hojas
como techos interminables
y regazos de calor
-abiertos...
Expresión tímida,
silenciosa
de ilimitada acogida
y expresión de amor
por el otro...