Me gusta el olor de tu alma, vacío.
Cuando me hablas con mis recuerdos y cantas,
luego escucho gritar al eco y olvido...
Me gusta el inerte color de la calma.
Y con tus labios silenciosos preguntas,
tiempo, quizá el único que ha estado siempre.
Y luego eternidad que avanza segura
responde, tal vez sea la que al fin entiende.
¿Oyes ahora el susurro de las rocas?
Con memoria de mar e historia de tierra.
¿Explica la noche el surgir de las sombras,
si nacen oscuras y de luz se crean?
Me gusta la voz de tu alma, vacío.
Cuando puedes explicar el sonido del alba.
Y luego al ver el atardecer decido...
Me gusta el sabor de lo que al fin acaba.