Sol que cauteloso avanzas
hacia el ocaso de un día cualquiera
pasando de la realidad a la quimera
y dejando luego del fuego, brasas
La montaña a tu calor no se resiste
y al mar una alfombra le tiendes
y con tanta belleza, a mil ojos quisiste
brindarles la pasión o la tristeza
En tu partida el arco iris te llevas
apagando el color de la tierra
pero siempre dejando tu huella
en la noche, con la luna y las estrellas