A la sombra de tu mirada
se me enternece el alma
como tierna enamorada
que te adora con calma.
Al fuego de tu mirar
no tengo fuerzas que no sea
el poder suspirar
y aunque no lo creas…
sin que mis ojos te vean
te puedo entender.
Es que aprendí con tu mirada
lo que es el placer
y en la sombra de tu cuerpo
permíteme poderme complacer.