Me diste la vida al parirme
y después me la volviste a dar,
sacrificándote, con tus ganas de luchar
para que la misma vida no pudiera herirme.
No sé si eres la mejor madre del mundo
pero no te queda grande el calificativo,
con desbordada emoción te digo
que contigo el amor se confunde
entre lo inmenso y lo profundo.
Mi primer amor, el mejor de todos,
el que arrulla, cuida y consuela,
el único que sin condición se entrega
y se reinventa día a día de algún modo.
Nadie conoce el límite del amor de una madre,
nadie iguala su proeza de dar y preservar la vida,
por eso, !te amo vieja!
aunque físicamente no estés viva
sigo sintiendo tu amor
como una vida interminable.