No escribas, poeta, no escribas,
que mi ruta está ya trazada,
y cuando leo tus mágicos versos,
vuelvo atrás la cabeza...admirada.
No escribas que no pudo seguir,
caminando como si nada pasara,
mi corazón galopa al ritmo,
de la tierna luz de tu mirada.
Solo tu tienes ese verso divino,
y el encanto de la sirena alada,
que sacude con fuerzas mi alma,
y me desvío de la meta alcanzada.
Mi alma dice que escuche,
mi mente se siente atrapada,
tus letras me llevan al mundo,
de las fantasías mas osadas.
No quiero escuchar tu canto,
ni leer palabras encantadas,
no desvies, poeta, mi rumbo,
que ya tengo la ruta trazada.
Maria Hodunok.