Nada se llevará este sueño mío
ni aquietará sus alas ningún viento,
no habrá temblor que mueva su cimiento
ni morirá acosado por el frío.
Mi sueño ha de vivir en el estío,
siendo el amor su luz y su sustento,
y a pesar de su andar cansado y lento
aguardará la luna junto al río.
Mi sueño es de papel y es de rocío,
himno de invierno, verbo y testamento,
coraza del más puro sentimiento,
dura roca que enfrenta el mar bravío.
Es una oda que nunca se termina
y cita a la ilusión allá en la esquina.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
(Imagen de la web)