He vivido parajes donde vuela
nuestra mente, por cielos de ternura;
otros días que el alma sufre y riela
por lagunas profundas de amargura.
Hay momentos que miran nuestros ojos,
las estrellas brillantes en el cielo,
y momentos de cardos y de abrojos
que nos llenan las iris con el duelo.
Llegan horas que nuestras manos cortan
las radiantes y frescas margaritas,
otras veces las penas nos transportan
al jardín de fracasos y de cuitas.
He pasado por lares que se sacia
nuestra sed en su lago cristalino,
otras veces tenemos la desgracia
que se secan las fuentes del camino.
He llegado a lugares que me ofrecen
las alfombras, de pétalos mullidas;
tantas veces mis plantas, cruel perecen
por los cierzos que causan sus heridas.
Cuando siento que el alma triste llora
por la pena, y con grande desconsuelo;
yo recuerdo que amor por siempre aflora
y nos cubre la vida con su velo.
Muchas veces queremos que la muerte
nos quitara dolor de desengaños;
pero pienso que todo se revierte
y de dicha serán los nuevos años.
Yo sostengo que no hay dolor que mate
ni derrota que cambie tu camino;
es la vida gigante escaparate
donde puedes buscar tu gran destino.!!
Autor: Aníbal Rodríguez.