Primero fue tu mirada
después llegó lo demás.
Llegó tu sonrisa inmaculada.
Llegaron tu voz y tus palabras.
La sensualidad de tus hombros,
la curva de tu cintura,
el brillo de tu pelo corto,
tu inagotable ternura.
La noche siguió y llegaron los susurros
las caricias y los besos.
El fuego de tus muslos
y el sabor de tus pechos.
Esos muslos que quemaban
al apretarlos contra mi cuerpo.
Esos pechos de algodón de azúcar
que se adivinaban dulces bajo tu blusa.
Llegó la despedida
y el vacío de no tenerte.
El doloroso pasar de los días,
la necesidad de volver a verte.
Soñar con dormir abrazado a tu espalda.
Soñar con la certeza de quererte ...
Primero fue tu mirada
después amarte para siempre