Cuando uno se siente acorralado
y tiembla el frío
y ruge ese león antes dormido,
puede encontrar el germen libertario
de una duda, de un impulso, de un recuerdo.
Cuando uno llora hasta regar su sola mano
y crece un edénico sentido
que va y viene sagaz en mil latidos,
puede uno limpiar sus dos costados
y su alma perfilada de los miedos.
Cuando uno busca amigos más que hermanos
y hermanos a una voz más que amigos
para charlar, beber, hasta un mutismo
en que palabras, señas, son dejados
y habla el silencio, sí, canta el silencio...
puedo uno quedarse, sí, quedarse expuesto...