Recuerdo que cuando aún era un niño
me quedaba en el aula solitaria
para aprender unos versos y con cariño
dedicártelos en la escuela de primaria.
Con una cartulina y lápices de color
escribía un poema y dibujaba una postal
No era una obra de arte, lo hacía igual
con gran empeño y mucho mas amor.
Mostrabas tu cara de sorprendida
al recibir de mis manos singular regalo
sonreías al escuchar que decía
Feliz día de la madre, mamita querida.
Un abrazo enorme y un beso tierno
completaban el momento eterno.
En mi memoria se mantiene el recuerdo
de aquellos bellos y felices momentos.
Hoy que ha pasado mucho tiempo,
miro hacia atrás, y me siento contento.
A pesar de todo el camino andado
aún tengo la suerte que estés a mi lado.
Puedo aún cobijar en tu maternal regazo
mi cansado rostro y mi cuerpo abatido.
Puedo cerrar mis ojos en tus brazos
y sentirme nuevamente tu pequeño niño.
Seguiré rimando y cantando al mundo entero
madre querida lo mucho que yo te quiero.
Mamita, viejita linda, es una gran alegría
el aún poder disfrutar de tu grata compañía.
Ahora no solo tus hijos, sino también tus nietos
venimos a tu lado felices a celebrar este día.
Al unísono repetimos con gran algarabía
Feliz día de la Madre, Mamita querida!