Sacude tus ansias
en la arena del tiempo
quita la inercia de tus manos
y de ese laberinto arcaico
que son tus labios.
Observa el desierto
de tu sombra y de tus pasos
y de las cuatro estaciones
que destituiste al amor
derrumbando los ocasos.
Por la pendiente va la ternura
y la sigue huérfana
la pasión sin armadura
que continúa con
los versos naufragando.