Desde nuestro encuentro, los lugares
tienen memoria, y la primavera
es no solo un colorido, y los mares
son más que un oleaje en espera.
Desde nuestro encuentro los papeles
asoman nuestros nombres al día
y forman arco iris cual dinteles
que abren la puerta a nuestra osadía.
Desde nuestro encuentro somos soles
que nos entibiamos, girasoles
que uno al otro nos alentamos;
y brisa prendida en el deseo…
Espada e hilo, Ariadna y Teseo,
rumbo a la isla donde nos amamos.