Las almas yacen desnudas
visibles son de punta a punta
los espectros se recubren de cuerpo
para mostrarse con vivos vestidos
una daga camina por el jardin
cortando las rosas
separando las espinas en un canasto sin fe
las calmas duermen en la oscilación
y mueren en vil reposo
una flor muestra al ocaso perdido
mientras sueña encontrar al alba
para despertar sus pétalos
entre
barajas de seda
mirando al sudeste meridional
sin brújula
pero con intuición precisa
saluda al sol naciente en las vísperas
de cemento mortal
que viene a encasillar sus raíces
en macetas que nada desprenden
Las dalias
pintan paisajes al atardecer
mientras florecen en melodías
cubiertas de dulces armonias
que no se diluyen en llanto
sino que se incrementan como esperanzas
esperando pasiones para alimentar
con aromas cónicos
que despiertan sedes desiertas
y sacian sueños inconclusos
mientras aguardan el ocaso
que todo hace descansar
en una sombra infinita
de melodías tranquilas entre cantos coléricos
que se deshacen en tu aroma
que todo hace vibrar
en acordes ulteriores de divinidad cósmica
con voces angelicales claras
y tonadas de azulejos
que entiernizan el ambiente
que me deglute en canciones
mientras las almas divagán
para unirse en vuelo
hacia el cielo de tu mirada màs preciada
como un buque
atravesando mares calmos
anclados en magma
y desvelo