Guillde

No me dejes

No me dejes agraciada y linda amada,

no te vayas, no me dejes, te suplico...

En tu honor este poema lo dedico,

está escrito con pasión desesperada.

 

Mujer linda no me expulses al vacío,

ni nuestra historia de amor la sustituyas

por una aventura... no te constituyas

en el verano que provocó mi estío.

 

Un sin fin de reproches me has mentado...

Es cierto que errores tengo demasiados,

por eso mis sentimientos, marginados

se aprestan a bajar a mar desolado.

 

Para mí hay días tristes y deslucidos,

jornadas de aflicción y arrepentimiento...

Hoy hasta me estremece el leve viento,

mis nervios están yermos y vencidos.

 

No me dejes, por favor, no me destruyas,

no me apartes de tu encanto, de tu pecho;

se muy bien es anormal lo que he hecho...

las culpas son muy mías, no son tuyas.

 

Sé la fuente de tertulia ilimitada,

sé el centro de mies eternas miradas,

sé luz de mis pupilas enamoradas,

sé el paraíso de mi alma acongojada.

 

No me ignores con el alma y hazme caso,

no te conduzcas por fueros del olvido...

Estoy muy seriamente arrepentido,

no aceleres en mi vida el cruel ocaso.

 

Te imploro y te repito que te quiero,

una y mil veces lo diré en cualquier verso.

Vuelvo a explicar que fui necio y muy perverso...

Sin embargo tu desprecio no prefiero.

 

No me dejes, no conozco este sendero,

se parece a una oscura noche fría.

No te apartes... esta dura travesía

quiero andarla contigo... Yo te espero.

 

No me dejes, desde el alma digo a gritos

y piedad te pido en tono suplicante.

En verdad, muy confundido y delirante,

aquí te dejo estos pocos manuscritos.