Mucho de lo bello es breve
y eterno a la vez;
nace, muere
y vuelve a nacer;
así lo podemos
sentir, oír y ver:
el beso, la canción, la flor,
la caricia, el trino
y el amanecer;
aún el paisaje,
aunque siempre esté,
pide miradas nuevas
para dar placer,
y si son breves
más bello es