Esperé a que llegaras para despedirme,
Era mucho el dolor en esa obscura espera,
De pronto, sentí una calidez muy grande
que abrazó a este cuerpo dolorido maltrecho
Me dijo:
-Ya no sufras más hijo mío, ven conmigo,
Te llevaré a un lugar donde ya no hay dolor,
Ni sufrimiento, ni angustia, ni desesperanza.
Sé lo que te preocupa, pero yo te aseguro
Que ella vendrá por ti, no te dejará solo,
Confía en mí. Toma mi mano, te conduciré…
-Con un amor que jamás había sentido,
Me ayudó a levantarme, me abrazó y nos fuimos,
Era un camino lleno de luz y a lo lejos escuché
Una música hermosa, inigualable…
De pronto escuché un grito desgarrador
Acompañado de un doloroso llanto,
Eras tú, habías llegado y estabas sufriendo,
Pude ver cómo me abrazaste y llorabas desconsolada,
Me detuve en el camino, ya no pude seguir.
Quería decirte que no lloraras, que no sufrieras,
Que me dejaras ir…te hablé, pero no me escuchaste
Llorabas y te preguntabas porqué.
Querida hermanita, ya no sufras, ya no cuestiones,
Nuestro padre celestial ya no quiso que sufriera,
Ni que siguiera solo, tan lejos de ustedes,
Me tomó en sus brazos y me ha traído con él, pero…
No puedo seguir el camino si te escucho llorar,
Si día a día te veo triste y esa hermosa sonrisa
Ha desaparecido de tu cara.
Te amo hermana, fuiste una madre para mí
en los momentos más difíciles.
Sé que muchas veces te hice llorar pero ya terminó,
Aquí donde estoy detenido escuchando tu llanto,
Escucho una melodía celestial que creo me está esperando,
El camino está lleno de una luz que me ilumina,
y cuando cruzamos un caudaloso río
Él me dijo que allí quedaron todos mis pecados.
¿Recuerdas que aprendimos que las familias son eternas?
Sn duda aquí encontraré a Papá y a nuestras hermanitas
Y cuando tu camino haya terminado su recorrido
Vendrás y te unirás a nosotros.
Ya no sufras hermana y madre,
Sé feliz, Cierra tus ojitos y siente mi mano en tu hombro
Estaré bien y a tu lado con mi espíritu, solo…
Déjame ir…Te amo.
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Elizabeth A.Castillo Martínez// Liaazhny