Cuando esté
bastante descreìda
de la vida...
de las cosas del amor...
de los instantes...
Cuando precise
reavivar la llama...
encender la hoguera...
tal vez, con tu fuego...
Ese día...
recurriré al abrigo
de tus brazos....
al consuelo
de tus labios...
al misterio
de tu sexo...
Para entonces,
no te hará
temblar la voz
mi nombre...
y sabrás
-por cierto-
que soy
más defectos
que virtudes...
(eso también
lo sabrás)....
y que el tiempo
pasó
y se me hizo
tarde...
Será tarde
para aceptar
tu cuerpo joven
y tus ganas...
tarde
para dormir
contigo...
para sofocar
en tu cama
mis anhelos....