Oye, muchachote,
acaso borracho estás?
tus pasos van vacilantes,
por las calles de la ciudad.
Ahogás tus penas en vino,
tu mente no me escuchará,
vení, tírate en el césped,
un poco... para descansar.
No te pregunto por tu madre,
que en el mismo estado está,
caíste muy bajo, amigo
y no te puedes levantar.
y no esperes ayuda alguna,
nadie te va a mirar,
estás ya tan borracho,
que no se te puede hablar.
Todos huyen al verte,
piensan que eres delincuente,
no saben que la tragedia,
envolvió tu vida entera.
Es muy dificil salir,
cuando estás en un pozo
y cuando te da lo mismo,
morir o vivir sufriendo.
Solo tu sabes muchacho,
la pena que llevas dentro
y no te puedes escapar,
¡¡¡la miseria no tiene derecho!!!.
Oye, muchachote,
yo tampoco te puedo hablar,
porque un nudo en la garganta,
me quiso hacer llorar,
nadie entiende tu estado,
borracho para no pensar.
No te importa quien te juzgue,
tu estado es lamentable,
y ni siquiera te puedo hablar.
La miseria de esta vida,
no trata a todos igual,
a ti te abrió una herida,
que nunca se podrá cerrar.
Maria Hodunok.