Yo soy el hombre aquel
Que un día soñó volar
Sin alas y sin un norte
Aquel que sin un pincel
Sintió la sensación de amar
Y en las letras encontró conforte
Soy hombre de carne y hueso
Que vive que sufre que llora
Que siente a veces su deceso
Al final del día o al llegar la aurora
Soy aquel hombre soñador
Lleno de esperanza abrumadora
Aquel hombre cautivador
Cuando escribe y no ignora
Aquel hombre lleno de defectos
Que se levanta de la nada
Que no se vuelve perfecto
Porque a veces lee miradas
Yo soy el hombre aquel
Dueño de mis ilusiones vanas
Que un día voló sin alas
Aquel que no fue doncel
Para a la vida ponerle ganas
Y puso el pecho a las balas
Soy hombre de sueños e ilusiones
De vida con altas y bajas
Que se entrega a las pasiones
Así tenga el alma cabizbaja
Ese soy yo, el que te da la mano
Sin esperar que el otro la estire
Porque al morir sea tarde o temprano
Quedare en el recuerdo cuando expire…
EDI