Entiendo que mi mente es errática,
Que no encuentro lugar adónde ir.
Que no pienso ni escucho a quien me aprecia.
Entiendo todo lo que soy.
Sé que mi actuar no es propio de la razón
También sé que merezco lo que he conseguido.
Pero en mi cabeza juegan pequeñuelos
Que deshacen cualquier lógica que allí habite.
Sé que me lo has dicho repetidamente,
Sé también, que no es posible que me entiendas,
Pero soy obstinado y el adjetivo es intrínseco a mi ser.
Cada vez que me acerco a ti, aparecen las voces;
Voces testarudas que me inducen a atraparte.
Dices que no es justo, que no es correcto.
Dices que está mal y que acabemos;
Pero la injusticia y lo prohibido, amor,
Es lo que nos tiene así, lo que nos hace estar unidos.
Sembraste en mi cabeza la idea de amarte celosamente
Y no hay poder alguno que la arranque de raíz.
Ahora debo lidiar con la amargura que esto conlleva
Y disfrutar del vibrante anhelo que nace en mi pecho.
Si deseas estar a mi lado, cariño,
Sólo agarra mi mano,
Y acompáñame en este mundo;
En este mundo de intransigencia.