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Usted mi musa adorada,
no sabe cuanto la amo.
Usted no ha querido recibir de mí
estás ambrosías amatorias que le quiero compartir.
Usted se ha negado la posibilidad de ser amada
con una fuerza que no conoce
y que no quiere conocer el límite,
a pesar de sus desaires.
Usted se pasea por la vida,
indiferente ante mi amor,
este amor que no ha descansado y no descansa,
este amor que la espera con paciencia y estoicismo,
Este amor que sólo marcesirá con mi muerte.
Usted mi musa adorada,
corre el riesgo de dejar pasar su vida
buscando el amor verdadero en otras arenas,
tan ajenas a sus lindes
Y continúa buscando aquello que tiene tan cerca de usted
y que no ha querido tomar.
Pero no. No mi amada eterna.
Yo no desfalleceré jamás en mis intentos de usted.