En el prado era fiesta
festejando la mañana.
Helicóptero ruidoso
iba libando una flor,
mientras hojas desahuciadas
amarillas de ictericia
se tiraban a las piedras
sin poderles acertar,
y sapitos arrugados
les cantaban un cruá cruá.
Las vaquitas soñadoras
recogían margaritas
para luego deshojarlas
a la orilla del arroyo.
Si me quiere, no me quiere
¿La respuesta cuál será?
Y un torito impaciente
observaba y suponía
si les sale no me quiere
me tendré que retirar.
Terroristas fracasados
bombas de crema en la mano
le pegaban a los malos
y por supuesto a los buenos
con palitos de Jacob.
Con la crema pastelera
sin quererlo me ensucié,
no encontré ningún caballo,
monté pronto en un zapallo
y asustado me escapé.