Un retumbo de cascos en la bruma,
presurosos cortando las distancias,
desgarran hoy el velo que se esfuma,
llevándose consigo, mis fragancias.
Es un sueño la vida que me abruma,
con penas de soberbia y arrogancia.
Y este llanto que el mar a vuelto espuma,
es tributo, que brinda la ignorancia.
Pesadillas de noches sin estrellas,
heridas de reproches y querellas,
siléncien ya sus voces, todo a sido.
Vagar en soledad, justo castigo.
Soy errante del mundo, sin amigos,
que en tumba sin nombre, será olvido