¡Tú ni te imaginas!
donde quiera que te encuentres
que sienta las mismas ansias
por tenerte y por besarte.
De escucharte siempre decir
¡no puedo vivir sin ti!
y de nuevo poder conseguir
escuchar tu corazón latir.
¡Tú ni te imaginas!
las horas que vivo pendiente
tras la ilusión de volver a verte
robándote a Dios un instante.
Aspirar la fragancia de las rosas
que con pasión un día me entregaste
y retener el fulgor de la dulce mirada
que me invitaba a quererte.
¡Tú ni te imaginas!
¡que siga de ti todavía enamorada,
que seas dueño entero de mi alma
traspasando la frontera de la vida
para caer en tus brazos rendida!
Y el anhelo de retomar nuestras vidas
en el punto exacto que quedaron dormidas,
forjando a cada paso placeres y alegrías
en el sereno ocaso de nuestros días.
¡Tú ni te imaginas!
que al pensar en lo efímera que es la vida
te escriba mi pluma versos con premura
llenos de añoranza, de amor y ternura.
Fina