Miguel Angel Ortigoza García

PRESIENTO UNA MUERTE.

Tenemos en el mundo un equilibrio perfecto.

Uno ríe y otro llora.

Yo presiento una muerte, otros presienten la vida.

Morirá un amor. O mejor, no morirá nuestro amor.

Desaparecerán los lazos de amor y se soltarán al cielo el albedrío de dos almas que se amaban.

Talvez yo llore mi parte.

Pero será un día de fiesta, de júbilo inmenso para los buitres. O mejor, para mariposas y colibríes.

Presiento que músicas, caricias, besos y promesas, se despeñarán como arena por el suburbio hambriento de los adioses que como pimpollos de rosas esperan su mayo para florecer.

Yo volveré a mi solitaria cueva allá en el limbo del olvido.

Ella caerá rendida en los brazos que desde hace mucho tiempo la esperan.

Uno entre llanto, otro entre risas, miraremos juntos  cómo se acaba nuestro amor.

El mundo es un perfecto equilibrio.

Presiento una muerte,

y una vida nueva.