La calle se ha convertido en el camino,
Y casi todo lo que una vez creímos recuperar intacto
De nuestros más confiables sueños
Ya estuvo inmerso en sus brumas, en sus espejismos
En sus aullidos de perro desolado
En sus hojillas invernales, en sus tifones
Prisioneros como el precio de la seguridad
Cargados de polvo y papel.
No podíamos extrañar lo que nunca tuvimos
Y lo que virtualmente tenemos aunque no sea propio,
Representa muchísimo más de lo que hubiésemos
Podido esperar
Cuando éramos del todo niños.
Esas cosas montañas, bosques y ríos de juguete,
Siempre fueron enormes,
Y aunque parezca que por el hecho de poder ahora
Aprehenderlas racionalmente, y abordarlas
A nuestro antojo
Se han vuelto conquistables,
Todavía son dueñas de nuestros miedos ancestrales,
Poseedoras del ojo abierto bajo la tiniebla
Del delicado lenguaje del viento en los follajes
Del encantador tintineo del agua que con las piedras
Confiesan la perennidad y el contratiempo estático de la fluidez…
Quien y que, ha conseguido mutilar la vivacidad y
el brillo dorado de aquel entonces
no será que ni siquiera tenemos en nosotros
la capacidad de recordarlo,
y por la misma razón pensamos que nada
extraordinario y deslumbrante se presentó ingenuo
ante nuestros ojos;
pues así como dormimos para la revelación
así mismo pasamos desapercibidos
ante lo majestuoso.
Existe una clase de tamaño
Que como la aparente desocupación del cielo
Se torna vacía e inconmensurablemente inapreciable;
Un gran visión despojada de particularidades
Que nos permite abarcar el Cosmos…
Y la Vida como un enjambre de excitadas mariposas,
Desanudando los detalles y salpicando el frio fosforo
Los tafetanes,
Juega a distraernos un segundo.
Que hay de complicado en aquella insistencia
Por desovillar esa trama sino el confundirnos
A la intrínseca latencia de nuestra Naturaleza…
Nada nos obliga a buscar lo que no nos llame
A escalar sobre nuestra propia carne,
A sacrificarnos por alcanzar algo por lo que igualmente
Somos parte.
Quedarse a distraer la recreación como un artista,
Y eso es verdad hacer en nombre del Amor
Y de algunas otras cosas a las cuales
Al amar transforma,
Volviéndolas piel de la satisfacción
Y boca pronunciable de la dicha.
Quedarse a ver de cerca cómo es que se fabrica la miel,
Y sobre la base de ese conocimiento hacerse una casa
Dulce y temporal,
A la cual pueda Yo acudir libre
No importa si a comprar un sorbo
O una palabra salida de las colmenas del Amanecer…