Atrapada en las calles de un país ajeno
me ha deslumbrado todo su esplendor,
camino pensando que esta es mi patria,
y no hay en el mundo un lugar mejor.
Así van los días uno tras otro,
sin remordimiento dejo aquí mi ardor,
en trabajos duros que nunca hice antes,
que roban mis años, juventud, vigor.
Enfrentando gigantes peleo con fuerza
aunque a veces siento se va mi valor,
un idioma extraño se vuelve barrera
que arruina mi vida sin piedad ni honor.
Mas el frenesí de haber llegado lejos,
hacen que olvide tanto sinsabor,
y la madre patria sigue tan lejana
que ya hasta su nombre se apaga en mi voz.
Un día en la radio escucho un canto
que trae a mi mente recuerdos del lar,
descubro una lágrima bañando mi rostro
y voy regresando despacio a mi hogar.
Mi mente me lleva muy lento a casa,
a mis calles alegres, a mi barrio ejemplar,
allí mis amigos me abrazan tan fuerte
que van opacándo mis deseos de llorar.
Esta no es mi patria, no es mi lugar,
esta no es mi gente, me ven desigual,
entre los míos somos todo iguales,
aquí soy una extraña en busca de hogar.
Que no te deslumbren las glorias ajenas,
en tierras extrañas lejos has de andar
buscando saciar tan solo tu cuerpo
de bienes que al alma no pueden llenar.
Por bien que te valla en ese palacio
tu humilde choza no habrás de olvidar,
la gloria se acaba y el brillo se apaga,
solo quedan recuerdos y deseos sin saciar.