Han pasado apenas 20 años.
Han caido las hojas de los arboles,
se han derrumbado las nubes,
el sol ha esclarecido en los llanos
y las flores me han segado con sus destellos tantas veces
que sobrepasan los dedos de mis manos.
Parece que la rayuela no se ha borrado del piso.
No me he acostumbrado a nada
y me he aferrado casi a todo.
Al amor lo he tomado por sorpresa
y él a mi me ha tomado por asalto.
No puedo calcular la cantidad de tinta que he derramado en el papel
y a la vez sé lo indeleble de la misma.
Cuanto he querido me he tirado en el césped
y me he fumado cantidad infinita de páginas de poesía,
suelo recordar uno que otro verso.
He visto las puntadas de mis cicatrices
y las he vuelto constelaciones.
No camino rápido por miedo a tropezar
y sin embargo cuando quiero vuelo sin miedo a caer al vacío.
No soy de hierro,
mas bien de polvo
y de vez en cuando me vuelvo mar.
Me caigo al fango y me levanto
bebo vino y también ron.
Soy indiscreta de vez en cuando
y a la experiencia le hecho la culpa
de hallarme a cada paso mucho mayor.
Son bocanadas las que han sobrado
y son suspiros los que le quedan a este cielo por exhalar.
26/04/16