En una lágrima impregnaré nuestro pacto,
Aquel en donde nos juramos amor eterno.
Se nos pierde la vida, se nos pierde el deseo,
se nos pierde el amor, se nos pierde el recuerdo.
Te preguntarás alguna vez, sola o acompañada;
por qué decidimos separar nuestros caminos.
Y mirarás al cielo inerte, lleno de estrellas,
y recordarás los besos que jamás te pude dar.
Cuando solo esté, como siempre, en cualquier lugar;
Miraré las hojas que me recuerdan a tus ojos.
Y junto a estos árboles jóvenes, llenos de vida;
Pensaré en ti, porque aún no has muerto para mí.
Y si algún día se apagan las estrellas,
Esas que mirábamos y deseábamos.
Cuando aquel pájaro deje de volar para caminar,
Aquí estaré, esperándote, en el mismo lugar.