A MI MEJOR AMIGA: MI PERRA TANY
Sentadas y mirando al horizonte
tus ojos chispeantes de alegría,
sabías tú que mucho te quería
que éramos las reinas de ese monte.
En mi feliz infancia, ¡fuiste todo!
mi más leal amiga y compañera,
a la hora de querer, la más ligera,
y yo te quise a ti del mismo modo.
Cariño a todas horas, tú me diste,
por eso tu recuerdo nunca es triste.
Por ti aprendí a querer sin condiciones;
en tu recuerdo encuentro las razones.
Añoro tu cariño y tu desvelo,
por eso si estoy triste miro al cielo.