Cuando la palabra deja de ser tu aliada,
convirtiéndose en tu carcelera,
cuando no colabora con el resto de ti
para expresar tus sentimientos, tu esencia,
cuando se torna dura y ególatra,
cuando se desboca cual caballo salvaje,...
mejor dejar de hablar,
unirse al silencio en la lucha contra tu parte más ruín,
evitando daños personales y colaterales,
mejor deshacerse del don de la palabra,
transformado en soldado del ego dañado