El horror no se busca a sí mismo,
ni se puede escapar de él.
Yo he conocido en Vall d´Uixó a gente con hambre, casi muerta de inanición, completamente hundidos...
y los he filmado.
También he seguido a los grupos humanos que rebuscan entre la basura, a los que les ha quitado el estado los hijos, a los que van a la parroquia a por comida, o los que van a la fuente con cacharros a por agua para lavarse y beber.
Los he visto rotos, completamente idos, despreciados por todos y por si mismos.
Y me dicho en mi casa:
Dios mío, qué horror.
Luego, repasando los vídeos, los comentarios que escribo en las puertas de los conventos, he cambiado de opinión diciéndome:
Esto es bueno para ellos,
es necesario entonces que esto pase.
El hambre tiene ritmo,
Rostros que actúan,
y que muestran algo de orgullo cuando se matan entre sí.
! Qué color más bonito expresa la desesperación!
Se desata entonces en una explosión de lucha por la supervivencia dentro del grupo.
Pero hay un problema en el hambriento.
EL autodominio.
El autodominio es el fantasma del horror.
Por eso la gente sensible, escribe tan mal sobre el hambre y la miseria,
sobre todo los que piden paz y bien.
Angelillo de Uixó.