Quique-Fantasy

Ganar o perder.

Conozco a cuatro niños que viven en una casa con un jardín muy grande.

En ese jardín lleno de vida todos juegan con la mascota que más les place:

 

Uno tiene un pajarito que canta alegres notas todo el tiempo junto a él,

Otra tiene un perrito que indistintamente todo el tiempo le es fiel.

Otro niño tiene un pececito, con el cual le cuesta mucho trabajo jugar,

Y la última niña tiene un becerrito al cual mantiene atado con pesar.

 

Esta última niña era la más infeliz de todas, al no poderse librar de su mascota,

Ya no la quería junto a ella, pero llevaba muchos años cuidándola y queriéndola.

Era tanto el tiempo que habían pasado juntos que no sabía que se podían separar,

Era tanto el sufrimiento de la niña, que no podía parar de llorar.

 

Los otros tres niños observaban, como con sus lágrimas marchitaba su jardín

Y sintiendo que la amistad los movía, dejaron sus mascotas para así la niña asistir.

Desataron con cuidado al becerrito y lo dejaron por fin en ansiada libertad,

Y cuando a la niña se le quebró la mirada, pasó un hámster y con cariño lo empezó a mimar.

 

Viendo que su amiga era feliz, los otros tres decidieron regresar a su lugar,

Pero fue mucha la sorpresa que los demás amigos fueron a encontrar.

Uno de los niños llegó y le puso atención a su pececito, y una vez más se decepcionó.

Más sin embargo encontró un gatito hermoso que su atención dominó.

El problema es que el gato era ajeno, y al pensar en su dueño, lloró.

 

La niña llegó a mimar a su perrito, pero este estaba ya demasiado celoso,

Y por tan solo unos segundos de poco cariño, con cinismo la mordió.

Pobrecita de la niña, a pesar que su perro no la quiere ella aún siente amor.

A él último de los niños, el pajarito se le fue volando, tal como él había calculado.

Ahora a él sólo tiene la opción de verlo volando en lo alto, y soñar con que algún día lograra alcanzarlo.

 

¿Quién ganó, quién perdió? Eso no lo sé decir yo.

Todos perdieron sus amores pero su amiga otra vez sonrió.

Fueron tres por el precio de uno, pero eso los fortaleció.

¿Será mejor dar algo a cambio, o mejor donde estaban se hubieran quedado?