benchy43

DE PALABRAS Y GORRIONES.

 

Pensaba en los gorriones

y las palabras. 

Cuando estas avecillas

 llegan a comer las migas que les brindo

a la hora del desayuno,

se asemejan a los vocablos

que busco, a veces denodadamente.

Se amontonan, se empujan, saltan,

trinan y se vuelan.

Muy pocas veces,  se ordenan

prolijitos sobre la pared de enfrente,

pero eso dura muy poco.

La diferencia está en que,

de vez en cuando, muy de vez en cuando

por supuesto,

a las palabras les impongo rigor y disciplina,

y logro transformarlas en poesía.

O algo que más o menos

 se acerque a una poesía.

Tal vez usted me mire

con ese semblante que ponen

aquellos a los que no les importa

ni  la luna, ni las estrellas,

ni el corazón que grabado está en el viejo tronco.

Es esa misma cara que ponen

los que pasan de largo sin ver

los latidos de una rosa,

los que se molestan con  el rocío de la mañana,

los que cuando está asomando el sol

no ven el alba, solamente ven el reloj de las urgencias.

Seguramente tampoco le interese

el color que toma el cielo en un atardecer

de nostalgias apretadas.

Entonces usted, discúlpeme,  es de los otros,

los muy cuerdos.

Y nosotros somos los de acá,

esos pobres locos

que confunden palabras con gorriones.

Está bien. Que tenga usted un bello día.

Ah… por cierto:

Tenga cuidado al salir,

hay un escalón donde generalmente tropiezan

los que no entienden el idioma

de los poetas.

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado.

 

(Imagen de la web)