Aléjate de la candela gris
que quema pero no alumbra verde,
del grito que estorba,
y que no se mantiene
en el aire,
porque es hueco y le faltan cimientos,
de la roca que se salió del río
para no estar siempre mojada,
y nos privó de su hermoso canto,
y de la hoja que aunque ya podrida
prefiere colgar de la rama,
que no te asusten esos dragones,
que se ven tan feroces,
pero que no expulsan fuego,
porque el fuego les asusta,
de los que se creen leones,
pero cuando viene el león,
salen corriendo,
de esos hombrecillos y mujercillas,
que van por la vida ofreciendo agua seca y sucia,
porque dentro de sí,
se les secó los mares
y se les secó los ríos,
esos que mucho hablan y critican,
pero poco hacen.