Marina Villar

Invisible

Se negó al dolor de su partida

y comenzó por borrar

cada trozo de su ser.

 

Borró su rostro,

su sonrisa, su mirada,

su complicidad.

 

Borró sus manos,

sus abrazos, su calor,

su protección.

 

Borró cada recuerdo,

cada instante,

cada momento.

 

Borró sus pertenencias,

sus hábitos,

su entorno.

 

Lo borró sin saber

que así borraría

su propia historia y su pasado.

 

Quedó

invisible, imperceptible,

indolora, inexistente.

 

Lo borró sin saber

que un día querría

a ella misma recordarse.